Los problemas de pareja y nuestras heridas infantiles – Gestalt Salut

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Los problemas de pareja y nuestras heridas infantiles

Un aspecto clave en los problemas de pareja es que cada persona pueda tomar conciencia y sanear sus heridas del pasado, para diferenciar aquello que es actual de lo antiguo y, a partir de aquí, encontrarse con su sabiduría personal y un mayor bienestar en la pareja. En este post te explicamos por qué es tan importante este trabajo en terapia de pareja, con un ejemplo práctico y sugerencias para desarrollar una vida en pareja saludable.


Muchos de los problemas de pareja son fruto de heridas infantiles que eclipsan el presente.

Toda pareja está compuesta por unos adultos que poseen un niño interior, herido en mayor o menor medida. La mayoría de parejas que experimentan problemas (tales como discusiones constantes, desconfianza o problemas con los hijos) y fracasan, son aquellas cuyos niños interiores heridos han interferido en la salud de pareja, y las que tienen éxito son aquellas cuyos adultos poseen un niño herido bastante saneado, o que tienen conciencia de cómo puede distorsionar la relación y saben gestionarlo de un modo ecológico.

Nuestras heridas infantiles condicionan nuestra vida adulta. A veces vivimos situaciones donde se actualiza lo traumático, la angustia antigua eclipsa/invade a la realidad actual.

Nuestra herida produce una desproporción entre los hechos, las vivencias y sus resultados. Y sobretodo distorsionan nuestra precepción.

Veamos un ejemplo de un problema de pareja recurrente y su relación con las heridas infantiles…

Una persona se siente abandonada por su pareja, indagamos en su situación y descubrimos que revive su antigua herida de abandono. De pronto una discusión con su pareja se transforma en la confirmación inequívoca de que “nunca me siento querido por lo que soy”, la cual parece la demanda desconsolada de un hijo a su padre y madre. Este es un problema de pareja recurrente.

El miedo y el enfado inundan a la persona, y sufrirá en exceso e incluso puede cometer conductas de las cuales se puede arrepentir “el ultimo día casi empujo a mi pareja”.

El niño herido contamina de forma inconsciente al adulto, por más que mi pareja me diga que solo está en desacuerdo con mi punto de vista, el adulto poseído por la herida de su niño interior, percibirá con una certeza absoluta de que no es tenido en cuenta en su relación de pareja y que el amor que da vuelve a ser pisoteado.

Esta especie de “posesión” influye en nuestra percepción de la realidad, y también en nuestra expresión, quizás ahora sí emerja la ira no dirigida a los padres, depende cómo se gestione el antiguo dolor que se actualiza en el presente, el panadero, la pareja o un motorista pagarán los platos infantiles rotos, o quizás a la persona le surja un desconsuelo infinito, “nadie cuida de mi corazón” y acabe en una depresión silenciosa de cinco años o en una actitud de resignación vital.

La terapia de pareja permite tomar conciencia de nuestro sufrimiento pasado, para encontrarnos con nuestros recursos actuales y una mayor sabiduría personal

La terapia de pareja nos permite tomar conciencia de la raíz de nuestros problemas de pareja, para encontrarnos con nuestra sabiduría personal en el «aquí y ahora»

Si diseccionamos el ejemplo de problema de pareja anterior, podemos encontrar:

 

Hecho actual: discusión con la pareja

  • Herida primaria: herida de abandono
  • Vivencia intima: «mi pareja no me quiere, aunque me diga que sí, no me lo creo»
  • Nivel emocional: ira y tristeza exagerada
  • Nivel cognitivo: no me fío de ella, me va a traicionar con otra persona
  • Nivel corporal: tensión excesiva e impulso de pegar

Hecho antiguo: mi padre me abandonó, y se fue con su amante

  • Nivel emocional antiguo: tristeza e ira desconsolada
  • Nivel cognitivo: «mi padre me está engañando, me dice que me quiere, pero después nunca venía a verme a casa de mi madre»
  • Nivel corporal: «me encerré en mí mismo y a veces me pegaba a mí mismo»

Podemos observar que el nivel emocional se repite, la desconfianza del cognitivo también, y en cambio el corporal está invertido.

 

La persona de este ejemplo de problema de pareja, pudo llorar el abandono vivido por su niño a lo largo de dos sesiones de terapia de pareja, pudo reestablecer la confianza en su pareja, y empezó a relajar la antigua ira a través de ejercicios de meditación en los cuales se amistaba con la legitimidad tanto de su dolor como de su ira.

Solucionar problemas de pareja con la ayuda de un terapeuta o psicólogo

Uno de los objetivos de la terapia de pareja es poner más conciencia y sanación de las heridas originales, para que nuestras viejas angustias no nos interfieran en nuestra pareja actual.

La conciencia de nuestro sufrimiento nos permite compensarlo, somos hijos del pasado y es necesario trascenderlo para ser padres de nuestro presente y futuro.

 

El poner atención nos permite diferenciar lo que nos sucede de lo que nos sucedió, nos permite darnos cuenta de lo actual y de lo antiguo, y empezar a diferenciarnos.

 

Una pregunta clave a hacerse mil veces es: ¿esto qué te duele tanto de tu pareja te toca alguna herida?

 

El darse cuenta nos llevara a nuestra sabiduría personal.


“Cuando aparece la sabiduría aparece también una mayor libertad; la vida se pone

en orden y todo fluye como debe fluir.”

Claudio Naranjo


 

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